viernes, 20 de noviembre de 2009

Lindo dia...

Mi día arrancó a las 7.00 leyendo mails sumamente interesantes de trabajo. Después emprendí el camino a Del Viso a ver si lograba vender el auto. No llevé la notebook, no se por qué. Probablemente no hubiera tenido internet igualmente. Llegué al km 42.5 del ramal Pilar de Panamericana y no encontré el lugar que esperaba encontrar. Así que busqué un poco por la zona y no lo encontré. Intenté pagar el celular con la TC, pero la misma estaba bloqueada. La agujita de nafta estaba en un cuarto de tanque, emprendí la vuelta por miedo a no llegar. Apagué el aire acondicionado, cerré la ventana y empecé a volver. Paré en una estación de servicio a probar suerte (si podía sacar algo de plata de la cuenta, que no tiene mucho, pero el sistema no funcionaba. Saliendo de la estación de servicio un amable señor en un vehículo rojo, probablemente del año 20, decidió que mi auto estaba muy lindo, así que había que estrenarlo y así es como retrocedió llevandose la vida del guardabarro delantero izquierdo de mi vehículo.

Después de putearlo en varios idiomas (incluyendo Guaraní) intentar un poco de meditación (sin mucho exito) para calmarme, decidí emprender la vuelta.

El celular no sirve, no envia ni recibe llamadas. Probablemente por falta de pago.

El tanque estaba a punto de vaciarse.

La tarjeta de crédito estaba bloqueada.

La cuenta tenía demasiado poca plata para poner nafta con debito.

Estaba a 40 kilómetros del límite de Capital Federal, sólo y sin nadie que supiera a donde habiá ido.

Mi mente se transportó al aeropuerto de Frankfurt en los '90. Esta vez ni siquiera tenía a mi hermano cuidándome. Estaba enojado, tenía miedo, estaba solo. Me subí a la autopista, llegué al Peaje y no tenía suficiente dinero para pagarlo. Me hicieron un pagaré que tengo que resolver en los próximos 3 días.

Por algun milagro llegué al estacionamiento de casa, con la luz de alerta de nafta encendida hacía ya unos kilómetros.

Tengo poco efectivo en casa, no se si suficiente como para llegar de nuevo hasta el km 42,5 del ramal Pilar de Panamericana.

Tengo que decidir si ir mañana o esperar a cobrar. Tendría sentido esperar a cobrar y estar un poco más liviano estos próximos días... Usar el poco efectivo que tengo en sobrellevar estos días y drogarme con coca cola light...

Es curiosi escribir sobre mis problemas económico-financieros... rompe mi imagen de omnipotencia (tanto la interna como la proyectada). Bueno, queridos lectores, soy humano (a mi pesar), tengo mambos (a cuenta de mis padres) y tengo problemas con los límites (esta vez se manifestaron en comprar un auto que no puedo pagar... hmmm... de quién habré heredado eso?)

Por otro lado, llegué a casa, al ratito llegó JC (curiosas iniciales) y me calmé bastante... simplemente estar acurrucado en sus brazos me llevó al presente, al disfrute, a la plenitud.

Estoy desolado y curiosamente pleno a la vez. Tengo miedo y me siento seguro. Hay un poder inmenso en este estado... y hay tiempo. Hay tiempo para guerra y tiempo de paz. Tiempo para el tiempo y un rato más.

Vuelvo a mi centro, me voy a seguir leyendo Zombies.

2 comentarios:

  1. Esos dias de mierrrrda (con mucho enfasis en la R) en los que uno mira para arriba y dice: dale, matame de una puta vez!!! Concuerdo maravillada, solo espero llegar a casa y que con una sonrisa me abracen.
    Saludetes.
    PD: Libros Sapienciales, muy buen tema ;)

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  2. Negra: sos una grosa, ya te lo dije varias veces! copado que hayas notado lo de Vox Dei ;-)

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los criticones dicen...